¿Has conocido la pérdida?, ¿el dolor profundo que te oprime y te deja sin palabras? La vida que quema con un imprevisto que cambia todo para siempre llevándose a su paso absolutamente todo lo que conocías para darle paso a un nuevo mundo, uno en ruinas que tienes que volver a construir. ¿Has conocido el hambre, has visto a alguien muriendo de hambre, perdiendolo todo? ¿Has vivido en un país en guerra fría, has visto a los niños suplicar por un futuro, has visto como entre tus dedos se pierde la sensación de libertad, y aunque luchas por cerrar tu puño para conservarla, luchandola.. Igualmente se escapa, te rindes, abres la mano y la dejas ir. Porque llega un momento que de tanta guerra, simplemente no puedes más, necesitas incansablemente la paz. Y viene otra lucha, la de la paz y dejas atrás la de la libertad.
Te pregunto, ¿has vivido emociones fuertes, esas que te quiebran el alma, no necesariamente porque te sucedan a ti, sino que están en el aire que te habita? . Pregunto ¿has conocido la guerra, el hambre, la pobreza, la soledad, la pérdida, el dolor, la real impotencia de no poder hacer nada más por el lugar que te vio crecer? Entiende las profundidades de la existencia, que la vida no es lineal, que somos mucho más que este cuerpo, y sólo lo sabes no porque seas religioso, es porque has tocado fondo y en esa profunda tristeza has encontrado la belleza, y has comprendido que hay mucho más que este plano terrenal. Que toda lágrima es un escalón de entendimiento, conciencia, amor. Solo cuando conoces esta profundidad es cuando te vuelves un dar, eres un dharma, porque has convertido todo ese dolor en un talismán que cura, en amor para dar. Viaja en tus profundidades. Sino conoces las profundidades jamás estarás en totalidad en las alturas. Estarás pero no estarás vivo de verdad.
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